Santiago Mateu i Pla (Malgrat de Mar 1891-Badalona 1935) se formó como dibujante en la escuela municipal de Badalona donde estudiaba y en la academia que el pintor Eduard Fló tenía en la ciudad.

Desde 1912 expuso en Malgrat, Badalona, ​​Barcelona, ​​Girona, Reus y Figueres. Aunque pintó algunos óleos, se dedicó básicamente al dibujo a la pluma y al carbón, campo en el que recibió elogios de algunos críticos, sobre todo de Joan Sacs (seudónimo de Feliu Elias y Bracons).

La temática de su obra se centró en vistas urbanas –con especial predilección por Girona–, marinas, jardines, masías y paisajes en general.

Partiendo de formas académicas, su estilo evolucionó, sobre todo a partir de 1915, hacia trazos muy libres y espontáneos. En torno a 1920 también empezó a practicar un dibujo detallista y minucioso.

Casado con Josepa Bori, hija de Antoni Bori i Fontestà, se integró en el ambiente cultural de Badalona, ​​donde vivía desde 1901, y colaboró ​​en publicaciones locales tanto con dibujos como con escritos. También aparecieron artículos suyos en la prensa de Girona y mantuvo una interesante correspondencia con Carles Rahola, con quien tenía que hacer un libro que finalmente no salió adelante, quizás debido a la muerte del artista.

Su prematura desaparición, la circunstancia de que no se hubiera profesionalizado como dibujante y el corte que significó la Guerra Civil hicieron que cayera en el olvido.