El 25 de septiembre hará sesenta años de la riada del Vallès Occidental del año 1962, una catástrofe hidrológica originada por grandes precipitaciones que desbordaron los ríos Llobregat y Besòs y sus afluentes en las partes más bajas, provocando una avenida torrencial de agua que causó 700 víctimas y muchas pérdidas materiales.
Lo peor ocurrió en el Valles Occidental, en Terrassa, Rubí, Sabadell, Sant Quirze, Cerdanyola, Ripollet y Mollet, pero la población de Sant Adrià de Besòs, situada en la zona baja del río Besòs junto a la desembocadura, también sufrió los efectos de la besossada, aunque no hubo muertes.
El puente del tren resultó afectado, y tuvo que habilitarse uno provisional hasta que se pudo arreglar. De rebote, este hecho afectó a todas las personas que debían utilizarlo en sus desplazamientos.
Josep Cortinas, fotógrafo del que el Museo conserva el fondo, se acercó pocos días después e hizo el reportaje que se puede ver en este álbum, que también incluye imágenes de Joaquim Font y Cussó que, igualmente, acudió a tomar fotos.
Estas imágenes nos recuerdan la fuerza que toma el agua cuando la situación meteorológica es favorable y nos ayudan, seguro, a reflexionar sobre la actividad de los humanos en relación a la naturaleza.